martes, 3 de febrero de 2009

¿Silencios Incómodos?


Estaba sentado, en frente de mi laptop pensando en un tema nuevo para el blog. Mi espalda estaba encorvada y algo adolorida; me encontraba cansado después de un largo día de trabajo, mis ojos algo rojos después de soportar los diferentes cambios de luz y el polvo. Dos o tres bostezos, unos cuantos sorbos de bebida gaseosa y seguía sin saber sobre qué carajos escribir. Sentía en vacío en mi cabeza, mi cuerpo seguía quieto casi hipnotizado con el blanco de la hoja sin llenar del Word; algunos ruidos extraños se cuelan y me desconcentran un poco… de pronto alguien me saluda por el Messenger y mi bloqueo continuaba: después de un “¿qué tal, como estás…?” y un “Yo bien, gracias ¿Y tú?” en el momento en que estaba pensando acerca de qué hablar o qué preguntarle a esa persona, pensé en la infinidad de veces que, en mis días de adolescencia, tenía que enfrentarme a esos silencios incómodos que parecían eternos y que se colaban cuando salía con alguna mujer que me interesaba. Incluso por teléfono tenía que enfrentarme a esos odiosos silencios.

Fue ahí cuando se me ocurrió el post de hoy, en el que contaré cuáles han sido aquellas cosas que me han funcionado para poder evadir esos silencios intrusos en las conversaciones. Así que, sin más, empecemos este corto pero sustancioso post.

La primera cosa que debes tener en cuenta a la hora de conversar es mantener vivas la curiosidad y las emociones. Cuando una persona nos causa curiosidad nos interesa seguir en la conversación y empezamos a hacer preguntas acerca de ella; puedes aprender sobre cómo instalar una sensación de curiosidad en los demás leyendo mi post de la semana pasada en Proyecto Héroes acerca del Valor de la Escasez.

Resulta que la curiosidad es una emoción y es ahí donde puedes darle rienda suelta a las conversaciones. Algo de rabia, algo de miedo, un poco de excitación, y por qué no algo de tristeza al interior de la conversación. La rabia y la tristeza deben ser sólo estados transitorios al interior de la conversación, trata de que la emoción general de la conversación y, sobre todo al final, sea una emoción positiva, ojalá que sea curiosidad.

Ten en cuenta los siguientes tips en tus conversaciones y te garantizo que tus conversaciones ya no tendrán esos fastidiosos silencios que tanto enfrían la charla, más si hablas con una persona que te gusta. Casi siempre que le pregunto a otros por cómo les fue en una primera cita me contestan: “Me fue súper bien, hablamos mucho y conversamos súper rico”. Estos son los tips para evitar o manejar los silencios incómodos en las conversaciones.

Evita preguntas como “¿Y qué más me cuentas de ti?” o “¿Y hay algo más que quieras saber de mí?”. Esto, además de sonar algo estúpido e inseguro, hace que el cerebro de otro no pueda contestar fácilmente, ya que es una pregunta que automáticamente hace pensar en qué contar y qué no, qué preguntar y qué no. En resumidas cuentas, la sensación que despierta esa pregunta es una amalgama de pereza con incomodidad.
Destruye las generalizaciones. A pesar de la sofisticación que tiene el cerebro humano, es terriblemente perezoso si no es entrenado y tiene a generalizar las cosas. A veces te pueden decir frases como: “es que a veces algunas cosas me ponen ansiosa” o “ah, estoy emocionada por muchas situaciones”. Para destruir esa generalización lo que tienes que hacer es simplemente pedir que la persona sea específica: “¿Qué cosas te ponen ansiosa?” o “¿Cuál fue la última situación que te hizo sentir así?”. Al destruir las generalizaciones puedes hacer que los silencios desaparezcan y la conversación siga fluyendo.
Pon atención a lo que la otra persona dice. Como dice Hitch “Escucha y responde”. Muchas veces la ansiedad de estar con una nueva persona hace que, mientras escuchemos, estemos divagando en nuestra mente, haciendo ensoñaciones, imaginando a la persona que nos interesa cómo se ve en la cama y, como resultado, no le ponemos atención a lo que no está diciendo. La única consecuencia de esto es que aparezcan silencios incómodos porque te has quedado sin materia prima para continuar la conversación.
Deja historias inconclusas y No permitas que te dejen historias inconclusas. Al interior de las conversaciones siempre quedan historias inconclusas, una persona empieza a contarte una anécdota y luego, el mesero, un idiota que se tropieza o una pelea de pareja en la mesa de al lado distraen la atención y generan un tema nuevo dejando de lado la anécdota. Acá se genera un interesante sentimiento de curiosidad inconsciente que abrirá las puertas para que la conversación quedé grabada un buen tiempo. Ahora bien, si eres tu quien ha dejado la historia inconclusa, al rato di: “oye, volviendo a la historia que te estaba contando antes de que ese hombre le pegara a su novia en frente de nosotros…”. En caso de que haya sido esa persona quien haya dejado inconclusa la historia dile: “Oye, no me terminaste de contar sobre…”. Para esto tienes que ser muy hábil y sobre todo, tener muy afinado el tip anterior.

Pregunta directamente por las emociones. Esta es una técnica que aprendí a través de la entrevista clínica y que me funciona muy bien cuando conozco a una nueva persona y quiero saber muchas cosas sobre ella. En la entrevista clínica siempre le hago dos preguntas a las personas (niño, niña, adolescente, anciano, loco, etc.): “¿Qué es lo que más rabia te da?” Y “¿Qué te pone feliz?”. En la conversación informal uso las mismas preguntas y, a veces, hago preguntas sobre otras emociones, las que se me ocurran según la conversación. Tanto en la entrevista clínica como en la conversación formal, debes tener en cuenta que, debes pregunta siempre de último por las emociones positivas. Cada vez que hacemos memoria de situaciones pasada siempre guardamos la última emoción que sentimos.

“Cuando venía para acá…” Esa es una técnica que funciona muy bien. Si sientes que se te acaba el tema cuenta una historia de algo que haya pasado en el momento antes de llegar. Si no te pasó nada extraño, inventa algo divertido o anecdótico. Es una de mis preferidas.

Adiós, nos vemos en dos semanas.
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Ahora, la publicación en este blog será cada dos semanas, ya que haré publicación intercalada con Proyecto Héroes. Así, cada semana tendrás un nuevo post. Espera nuevas cosas en Los Blogs de Phyloel.

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