sábado, 15 de septiembre de 2007

Alertas sobre el uso del lenguaje


¡Queridos Héroes y Heroínas de la seducción! Bienvenidos a un nuevo post de HDLS El Blog, después de una pequeña ausencia. Antes de empezar, quiero agradecer y felicitar a las Heroínas que participaron en nuestro más reciente taller LAS PUERTAS ABIERTAS DE LA SEDUCCIÓN. Fue una gran experiencia con grandes aprendizajes sobre las relaciones humanas en general y varios temas que nos permitieron comprender un poco más este gran mundo de la seducción.

En el día de hoy quiero traerles un post que se que generará algo de polémica, ya que es sobre un tema que dejó de ser tabú hace unas décadas y que hoy es retomado de nuevo por las teorías neurolingüísticas que entienden el poder que tienen las palabras en nuestro cerebro y, por consiguiente, el efecto que tiene en los demás.

Es un tema, además bastante cotidiano y que tiene en sus ciernes una gran pelea entre las generaciones: este curioso tema es el uso de las “groserías” en el lenguaje cotidiano. Yo crecí siendo corregido frecuentemente cuando usaba “malas palabras”. Duchas palabras eran aquellas que se usaban para ofender a otro y que generaban una agresión verbal. Con el paso del tiempo, esas mismas palabras empezaron a usarse con un uso y significado distintos: empezaron a hacer parte del lenguaje cotidiano, es por ello que vemos cómo un par de adolescentes se saludan entre ellos usando estas palabras y pareciese que fuese de forma amigable.

Esas mismas palabras que en algún momento se usaron para ofender, hoy hacen parte del lenguaje cotidiano. Durante mucho tiempo pensé que no estaba mal usar esas palabras con mis amigos, pues no se hacía con el ánimo de ofender o agredir.

Sin embargo, con el tiempo y gracias al estudio de la PNL, me he dado cuenta de que el uso de palabras soeces o “groserías” no tiene un efecto adecuado en mí o en las personas que me rodeaban. Empecé a darme cuenta que cuando usaba estas palabras mi actitud, de todas formas, sí era más agresiva, no hasta el punto de dañar a alguien pero sí hasta el punto de no sentirme cómodo en ese ambiente. Fue cuando hice la siguiente reflexión: ¿Cómo es que cuando estoy en mi casa, en una reunión social o familiar o en mi ambiente de trabajo, no uso estás groserías? Inmediatamente me respondí: porque hay que guardar respeto a estos ambientes. Así que nación otra pregunta: ¿Acaso es que no debo guardar respeto a los contextos con mis amistades?

Así que empecé por dejar de usar groserías en mis conversaciones habituales y empezar a usar las palabras que eran para decir cada cosa. Sorprendentemente, no solo los ambientes empezaron a parecerme más adecuados, sino que los demás empezaron a percibir de una manera más adecuada, conversaban más tiempo conmigo e incluso aquellos que solían usar las groserías como yo, cuando hablaban conmigo, empezaron a usarlas menos, pues percibían inconscientemente que al hablar conmigo el contexto cambiaba y se hacía más “amigable”.

Tal vez pensarás que soy un viejo conservador doctrinal que no entiende que el mundo evoluciona culturalmente y que no comprende que los usos y los significados de las palabras. En realidad si comprendo esto, pero el hecho de comprenderlo no implica que deje de parecerme problemático. Las razones por las que creo que no es adecuado el uso de las groserías en tus conversaciones habituales son dos:

La primera es que al usar las groserías en el contexto que son, estás comunicándote efectivamente y, al dejar de usarlas en los contextos cotidianos, haces que tus conversaciones sean más efectivas. Es cuestión de comunicarse adecuadamente usando las palabras para lo que son.

La segunda razón es que las palabras groseras y agresivas, tienen una fisiología específica al momento de decirlas. Repite alguna palabra agresiva y notarás cómo el tono y la fonética de la palabra causan una sensación de choque. El mejor ejemplo es la palabra IMBÉCIL. Repítela y verás que no la puedes sentir como una palabra amable así no sepas su significado. La fisiología que usas para decir las palabras agresivas es agresiva, por ello tu cerebro no podrá distinguir en si la estás usando para agredir o si simplemente estás jugando una broma. Al decir groserías estás cargando tu cerebro de fisiologías agresivas.

Puede que ahorita no me creas, pues sólo te lo he dicho y lo he escrito. Por eso es estrictamente necesario que lo practiques y te darás cuenta de poder que tienen las palabras. Intenta, en tus conversaciones coloquiales no usar groserías y empezarás a sentir cambios en tu energía, en la forma en que te relacionas con otros y, claro, te convertirás en una persona muy atractiva y, lo curioso, es que la gente no sabrá que es porque hiciste el pequeño cambio de no decir más groserías.

Un saludo queridos HDLS.
____________

PD: He abierto un grupo en la comunidad de Facebook. El grupo de llama Dr. Phyloel’s Seduction Group. Inscríbete y participa con tus anécdotas, preguntas y temas.

2 comentarios:

MGL dijo...

El lenguaje coloquial lleva a malentendidos, siempre...

El nacimiento de hablar de esta forma es porque otros lo hacen, no es algo propio y como lo dice Phyloel por lo regular es en el círculo de amistades, de hecho conozco personas que para generar confianza usan esta manera de expresarse con quienes apenas conocen.

Es MUY importante saberse expresar y tener un estilo PROPIO al hacerlo, eso hará que te identifiquen por algunas palabras... personalmente uso palabras y expresiones diferentes a las comunes y he notado en muchas ocasiones que quienes me rodean empiezan a tomar mis expresiones y a usarlas cotidianamente... El resultado: Un ambiente de familiaridad y comodidad.

Por último, hacer el ejercicio de cambiar un poco es la única forma de saber si es cierto y si estamos cayendo en errores.

Hasta luego y saludos.

A Dejar Huella..!
MGL

Unknown dijo...

Coach, estás en lo cierto.

Las palabras son realmente poderosas y debemos aprender a usar este poder.

Yo pensaba que hablar de una manera coloquial estaba "bien"; pero ahora que leo este post, me doy cuenta que es algo que resulta ofensivo y al mismo tiempo dañas lo que quieres proyectar a los demás.

Coach de los coachs de los recontrarecoachs, gracias por este post. Empezaré a mejorar mi lenguaje, lo prometo.


Ricardo